Entre el momento de escribir estas líneas y que estas puedan ser leídas en el Boletín, muchas cosas han podido pasar en Venezuela. En realidad, la coyuntura cambia cada día, para unos con avances y para otros con retrocesos. Lo que ya nadie discute es que estamos frente a un panorama irreversible, sólo que la incertidumbre tiene más que ver con los tiempos y las formas para salir de esta crisis.
El ave Fénix, fue un pájaro de la mitología griega, que se consumía por acción del fuego cada 500 años, pero luego resurgía de sus propias cenizas. ¿En cuánto tiempo podrá Venezuela, esa potencia petrolera que alguna vez fue, resurgir económica y socialmente, con un gobierno democrático y plural, que pueda dar la vuelta a una página que nunca debió escribirse de la manera en que terminó siendo escrita?
Sobre todo ello, los venezolanos tienen más dudas que certezas y los que estamos fuera, compartimos esas angustias y tensiones diarias.
No necesitaremos los 500 años del ave Fénix, pero no va a ser fácil —tampoco imposible— reconstruir una nación devastada y desequilibrada, inclusive en lo mental.
Siguiendo al profesor Dieter Nohlen, que siempre plantea “ver el bosque y no sólo un árbol” abordaremos algunas cifras, para entender el contexto y poder ensayar algunas salidas a la crisis venezolana.
No es tarea fácil entender el contexto, porque es ir a ver una radiografía de una grieta muy profunda en el país. “Complicado”, como me dicen varios colegas, pues hay varios retratos del deterioro de la situación actual.
Podemos empezar por el crecimiento constante de la pobreza multidimensional (2018: 51% y subiendo), esa que incluye el estándar de vida, el empleo y la protección social, la educación, los servicios y la vivienda. Cuando nos referimos a educación, estamos hablando de la pérdida de la calidad educativa y del rezago escolar, por distintas razones. Ahora sólo la mitad de los escolarizados asiste regularmente a clases. En cuanto a los llamados servicios, el 2018 y el primer trimestre de 2019, es impresionante el deterioro de los servicios de electricidad, agua y saneamiento.
Ha aumentado la mortalidad infantil y se ha reducido la esperanza de vida: en el 2016, el excedente de muertes infantiles asociadas a la crisis se calculó en más de 5.000. Entre el 2017 y 2019, se pronostica en 20.000 niños fallecidos en este rubro. En 2017 se ha calculado en 3,5 los años perdidos en la esperanza de vida al nacer; 80% de los hogares se incluyen en la llamada inseguridad alimentaria (2017: 89%), pues tienen insuficiencia de ingresos para la compra de alimentos, si acaso los consiguen. Y cuando los escolares no van a clases, indican: 28% por falta de agua en casa, 22% por falta de comida, 15% por falta de electricidad, 13% porque no encuentran nada para comer en el colegio y un 17% porque no consiguen cómo transportarse.[1] A nivel universitario, muchas aulas están casi vacías, porque los estudiantes y los profesores se han ido del país.
De otro lado, en Ciencias Sociales, denominaríamos la situación en Venezuela como un estado de “Vulnerabilidad social”. La VS es entendida como una situación y un proceso multidimensional y multicausal, en la que confluyen la exposición a riesgos, la incapacidad de respuesta y adaptación de individuos, hogares o comunidades. La VS se expresa como fragilidad, indefensión o desamparo institucional de un Estado que no contribuye a fortalecer a sus ciudadanos, ni los cuida. La vulnerabilidad, compromete el bienestar de personas, hogares o comunidades por estar expuestos a riesgos que no son mitigados, producto de la falta de respuesta del Estado. La VS tiene como potencialidad, contribuir a identificar individuos, hogares y comunidades que, por su menor dotación de activos y diversificación de estrategias, tienen menor capacidad de respuesta y resiliencia, estando expuestos a mayores riesgos.
La misma Universidad que hizo el Estudio ENCOVI, ha planteado un Plan País[2] que, partiendo de la ya indicada Vulnerabilidad Social (VS), sugiere trabajarlo por Fases, en realidad, tres (3) a saber: 1) Fase de Emergencia, 2) Fase de Estabilización, y 3) Fase de Reformas Mayores.
En cuanto a la primera Fase, la propia palabra “Emergencia”, ya indica las prioridades: abastecimiento de alimentos, abastecimiento de medicinas, atención de la población vulnerable, crisis de atención médica, empleo de emergencia y salario mínimo, revisar pensiones universales y un fondo redistributivo territorial.
En la Fase segunda: sistema de protección social, fortalecimiento de la red escolar, sistema de atención primaria en salud, red hospitalaria en funcionamiento, capacitación y reconversión laboral, revisión del sistema de seguridad social, y nuevos ajustes a las pensiones universales.
Por último, la tercera Fase, la más complicada y retadora y que demandará un verdadero pacto social implica: reforma del sistema educativo, reforma del sistema de salud, reforma de la legislación laboral; reforma del sistema de seguridad social y la reforma institucional de gestión del Estado.
Esperamos que este plan pueda ser implementado en corto tiempo, tan pronto cesa la dictadura de Venezuela.
[1] Encuesta ENCOVI, de la Universidad Católica Andrés Bello y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales-IIES, con data trabajada desde el 2014.
[2] Plan País-ENCOVI
Un proceso
Desde el pasado 23 de enero, cuando Juan Guaidó amparándose en la Constitución vigente, jura como Presidente Interino, se empieza a escribir una nueva página en la historia del país. Días de manifestaciones y confrontaciones con el régimen usurpador. Choque de trenes, con nuevas violaciones a los derechos humanos bajo diferentes procedimientos. La comunidad internacional, reaccionado y emitiendo apoyos importantes a ambos frentes. Nuevos esfuerzos de organismos e instituciones.
El Presidente Interino empieza a visitar todo el país, venciendo con creatividad los varios obstáculos que el régimen usurpador le va poniendo en los desplazamientos; hasta intentaron detenerlo y, apenas lo hicieron por unos minutos, pues vinieron “contra órdenes” al respecto. En uno de esos Cabildos Abiertos, Guaidó le presenta al país, un trío de objetivos, que ha venido manteniendo sin siquiera voltear hacia atrás:
- Cese de la usurpación.
- Gobierno de Transición y
- Elecciones libres
Los usurpadores han intentado por todas las formas posibles de distraer la discusión hacia otros puntos, pero Guaidó sigue imperturbable en su triple propuesta.
No todo han sido éxitos para el Presidente Interino; aunque la gira por algunos países de América Latina fue un duro golpe a los usurpadores, la acción fronteriza para el paso de la ayuda humanitaria, no logró su cometido, pero reveló hacia lo interno y hacia afuera, que a Maduro y su camarilla poco le estaba importando el tema de la ayuda humanitaria.
Fue tal el impacto, que a los pocos días, eran los propios usurpadores que solicitaron ayuda y se dieron el lujo de calificar “la ayuda buena” (de sus aliados), de la “ayuda infectada” (de sus adversarios); al final, la tensión bajó en algunos días y se verificaron entradas de medicinas y alimentos de ambos sectores, con fuertes acusaciones que en algunas barriadas populares, alguna de la ayuda, fue descaradamente vendida.
Un nuevo punto de inflexión a los usurpadores fue el adelantar 24 horas, el inicio de la Operación Libertad, prevista para el 1ro. de mayo. Que el Presidente Interino se haya presentado esa madrugada en la Base Aérea de la Carlota, en pleno corazón del este caraqueño y acompañado del preso político favorito de los usurpadores, Leopoldo López (que tenía su casa por cárcel, después de sus años en el Cuartel de Ramo Verde), reveló lo que ya se sabía: las Fuerzas Armadas y otros organismos de seguridad del Estado, ya no respondían al unísono a Maduro y a la Alta Cúpula Militar. Fueron horas de incertidumbre, nuevas violaciones a los derechos humanos con más de 80 heridos y algunos fallecidos y Maduro en serias dificultades frente al desgobierno y al descontrol institucional.
Han pasado más de dos semanas de ello y se siguen identificando a los que se pasaron a las filas del gobierno interino, no sólo militares, sino personal diplomático y consular.
Que el otro preso político, el Comisario Iván Simonovis también se les haya escapado de la cárcel de torturas de El Helicoide, fue un nuevo revés, que indica que el SEBIN como policía política, también está en serios problemas.
En fin, como todo “Proceso”, el tiempo y la coyuntura seguirá marcando la pauta. El deterioro social y económico sigue indeclinablemente hacia un precipicio.
Los datos sobre corrupción, son de espanto: sólo en los casos conocidos (15 casos judicializados), se alcanza cifras de más de 13 mil millones de dólares, pero es evidente que las cifras reales de dinero, que las cúpulas de poder han robado, es mucho mayor. Según proyecciones esta cifra llegaría a 200 mil millones de dólares.
Un régimen totalitario que controla las instituciones, ha creado más de 576 empresas de las cuales nunca rinde cuentas y poco a poco ha vuelto pobre, a un país otrora rico.
En los últimos días, nuevos intentos por “acelerar” el proceso: el papel de Noruega y su vasta experiencia en conflictos internacionales, la medición de fuerzas entre los EE.UU y Rusia, con China mirando de lado, el Comando Sur, el Grupo de Lima y el Grupo de Contacto.
¿Resurgirá pronto el Ave Fénix?