En el actual contexto mundial, se observa un cambio en la manera cómo los países desarrollados que dominaron las negociaciones en la Ronda de Uruguay perciben el sistema multilateral del comercio representado por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Para la Unión Europea, el sistema multilateral de comercio forma parte de su estrategia comercial y busca continuar con su participación en la OMC. Por el contrario, el multilateralismo ha sido duramente criticado en EE.UU. por sus consecuencias negativas para el mercado interno. La crítica al multilateralismo ha llevado a adoptar medidas unilaterales comerciales para proteger intereses nacionales en materia comercial. Así, la guerra comercial de dos grandes potencias económicas, Estados Unidos y China, con la imposición mutua de aranceles a las importaciones, es una expresión de esa crítica y el objetivo de proteger la industria nacional.
El Entendimiento Relativo a las Normas y Procedimientos por los que se rige la Solución de Diferencias (ESD) de la OMC tiene como objetivo dotar de seguridad y previsibilidad al sistema multilateral del comercio. Es precisamente en este contexto de guerra comercial en que adquiere mayor relevancia un sistema que ha venido funcionando para brindar una mayor seguridad, confianza y transparencia en la solución de conflictos que surgen con la adopción de medidas arancelarias u otras barreras que obstaculizan el comercio internacional.
Desde su discurso inaugural al asumir el mando, el Presidente Donald Trump expresó su visión con respecto a las ventajas del proteccionismo para lograr la prosperidad y el fortalecimiento nacional. A partir de su perspectiva “America first”, cuestionó los resultados del comercio multilateral en el empleo y la industria estadounidense. Nuevamente, el Presidente Donald Trump el 18 de junio de 2019 anunció su candidatura para la reelección y se puede observar que se vuelve a plantear el tema del descontento económico interno y los problemas laborales como parte del cuestionamiento al comercio multilateral.
La percepción de los Estados Unidos con respecto a la OMC ha cambiado en los últimos años. Esta organización es percibida como un foro que ha reducido su espacio en las negociaciones comerciales y ya no es vista como un medio para promover sus intereses en este tema. El posible retiro de Estados Unidos de la OMC —al considerarse que la organización no los beneficia como a los demás Miembros— también ha sido planteado. En este contexto, mantener el modelo vigente del sistema de solución de controversias, que ha sido cuestionado y considerado como no beneficioso para Estados Unidos, constituye un reto.
El escenario que plantea la OMC para los países desarrollados ha cambiado de forma relevante. Se ha producido un cambio en la forma cómo se negocia en la OMC a raíz del surgimiento de una mayor influencia, participación y poder de negociación de los países en desarrollo tales como Brasil, India, China y Sudáfrica y la relevancia que adquirió el Grupo de los 20 formado en el tema de agricultura. Los países en desarrollo han asumido un rol más activo planteando temas en las rondas de negociaciones, en materia de propiedad intelectual, servicios, agricultura, acceso a los mercados para los productos no agrícolas e indicaciones geográficas. Asimismo, si bien varios países en desarrollo no han hecho uso del sistema de solución de controversias, la participación de los países emergentes ha venido aumentando en los últimos años. Algunos de los casos planteados por los países en desarrollo, incluyendo a China, Brasil e India, han sido en contra de los Estados Unidos y la Unión Europea. Además, la Ronda de Doha puso en evidencia lo difícil que puede ser para los países desarrollados, a pesar del tamaño de sus mercados y de su poder de negociación, influenciar en las posiciones de los países en desarrollo para obtener acuerdos favorables a sus intereses. A pesar de estos cambios, y la más activa participación de los países en desarrollo, el poder de negociación y mercado que ejercen los países desarrollados se mantiene y esto se ha puesto en evidencia con el nombramiento de los miembros del Órgano de Apelación.
Como parte de la crítica al multilateralismo, no se ha llegado a un consenso con respecto al nombramiento de los miembros del Órgano de Apelación de la OMC. Estados Unidos ha manifestado su cuestionamiento al funcionamiento de dicho Órgano lo cual no ha permitido alcanzar el consenso requerido. La posible paralización del trabajo del Órgano de Apelación representa un problema serio para lograr los fines de la OMC. La falta de un adecuado funcionamiento del sistema de solución de controversias, es decir, el hecho de que las controversias no se solucionen de manera positiva y pronta como es el objetivo del ESD, rompe el equilibrio que debe existir entre los Miembros de la OMC y puede reducir la eficacia de esta organización multilateral.
La posibilidad de que el Órgano de Apelación deje de funcionar ha cobrado mayor relevancia en los últimos años a raíz de las tensiones comerciales crecientes que demandan un sistema de solución de controversias imparcial y confiable. La incertidumbre que ha provocado esta falta de nombramiento puede afectar el futuro de la OMC.
Tal como está estructurada la OMC, la participación de sus Miembros en la organización es una herramienta de política comercial y va a reflejar los cambios en los modelos económicos adoptados por ellos, especialmente por los países desarrollados. El proteccionismo en los últimos años ha recobrado relevancia y ha venido siendo usado por algunos Miembros de la OMC. La falta de designación de los miembros del Órgano de Apelaciones, por tanto, podría considerarse como parte de la crítica al sistema multilateral del comercio. Frente a ello, la OMC debe responder con mecanismos idóneos que permitan atender las necesidades de sus miembros en función de la nueva coyuntura económica mundial.
La última reunión del G20 muestra un escenario de acercamiento entre las principales potencias comerciales y puede resultar alentador con respecto al compromiso asumido por los países desarrollados al sistema multilateral del comercio. La Declaración de los Líderes del G20 en Osaka emitida el 29 de junio de 2019 manifiesta la intención de los países desarrollados de apoyar la reforma de la OMC con miras a mejorar sus funciones. Específicamente, estos países acuerdan tomar las acciones necesarias con respecto al funcionamiento del sistema de solución de controversias que sea consistente con las normas negociadas por los Miembros de la OMC.
Esta preocupación por el sistema de solución de controversias y el funcionamiento del Órgano de Apelación también ha formado parte de la agenda de la reunión ministerial promovida por la India en mayo de 2019 en Nueva Delhi. En dicha reunión se planteó la necesidad de encontrar una solución urgente al impase presentado con relación al nombramiento de los miembros del Órgano de Apelación de la OMC.
Si bien se ha criticado el sistema de solución de controversias de la OMC, algunos países en desarrollo también han manifestado su compromiso en mantener el sistema de la OMC. Por ejemplo, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Guyana, México, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay durante la XI Conferencia Ministerial de la OMC suscribieron la Declaración Presidencial de Buenos Aires el 10 de diciembre de 2017. La necesidad de mantener y fortalecer el sistema multilateral del comercio, y en particular el sistema de solución de controversias de la OMC, fue destacada por estos países. Asimismo, los miembros de la Alianza del Pacífico, en la Declaración de Lima, emitida en la XIV Cumbre Presidencial del 6 de julio de 2019, destacaron la predictibilidad y solidez que garantiza esta organización y suscribieron la Declaración sobre el Sistema Multilateral de Comercio. El año anterior, los países del MERCOSUR y la Alianza del Pacífico, en la reunión presidencial sostenida en Puerto Vallarta, México, el 24 de julio de 2018, suscribieron una Declaración conjunta en la cual declararon su compromiso con la OMC y su intención de evitar el proteccionismo.
De esta manera, el interés por el sistema multilateral de comercio se refleja en la coincidencia que existe entre los Miembros de la OMC sobre la necesidad de adoptar medidas que permitan continuar con su funcionamiento con las mejoras que se requieran adoptar.