Desde que se inició el 2011 el mundo ha visto con asombro una serie de alzamientos populares en los países árabes, principalmente ubicados en el norte de África, que se ha conocido como la Revolución Democrática Árabe o la Primavera Árabe.
Sin embargo, la caída del dictador extravagante Muamar Gadafi, con 69 años y habiendo llegado al poder en 1969, ha suscitado la mayor de las atenciones durante estos 10 meses. Su muerte en manos de los rebeldes fue registrada por casi todos los medios de comunicación del mundo.
Al igual que en los demás países árabes, todo se inició cuando un grupo de jóvenes libios entusiasmados por lo que sucedía en los países de la región, llamaron vía intranet a una revuelta el 17 de febrero, el Día de la Ira Libia, contra el gobierno de Gadafi. También es menester mencionar que uno de los factores detonantes de esta gran convocatoria, especialmente en Bengasi –la segunda ciudad en importancia de Libia–, fue la detención del abogado de las familias de los prisioneros asesinados en la prisión Abu Salim (1996).
Es cierto, que esta no era la primera expresión de descontento del pueblo libio en este año, pues ya desde el 13 de enero habían ocurrido protestas –las cuales están prohibidas– las que fueron fuertemente reprimidas; pero, al mismo tiempo, el gobierno concentró sus esfuerzos en derribar el pedido más urgente de su población cual era el descenso del precio de la vivienda, destinando 24,000 millones de dólares en fondos de inversión para proporcionar vivienda y fomentar el desarrollo. Es obvio que estas acciones no terminaron con el descontento del pueblo, quien volvió a salir a las calles desde la quincena de febrero. La reacción de Gadafi ante estas nuevas manifestaciones fue sumamente desproporcionada y violenta, incluso utilizando a las fuerzas armadas que dispararon contra los pacíficos manifestantes 1 y anunciando que su accionar –que incluyó hasta aviones de guerra y tanques– era parte de una operación “antiterrorista”, dando de esta manera inicio a una guerra civil.
Ante esta situación, tres hechos del 22 de febrero son de destacar: la suspensión del Perú de sus relaciones diplomáticas con Libia (primer país en hacerlo); la suspensión del suministro de gas libio a través de Greenstream (único gaseoducto que existe entre Libia y Europa) 2 y el reclamo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CS de NNUU) del fin inmediato de la violencia por parte del gobierno de Gadafi.
Posteriormente, el CS de NNUU emitiría dos importantes resoluciones que marcarían el destino de Libia. Así, el 26 de febrero emitió la Resolución 1970 por la cual no solo condenaba las acciones del gobierno libio sino que autorizaba al Tribunal Penal Internacional investigar posibles violaciones a los derechos humanos y le imponía un embargo de armas y el congelamiento de las cuentas del dictador y de las personas allegadas. El 17 de marzo, la Resolución 1973 de este mismo órgano 3 autorizaba a los Estados miembros el uso de todas las medidas para proteger a la población civil libia, incluyendo la creación de una zona de exclusión área sobre el país. Dos días más tarde el Grupo de Contacto que contaba con representantes de países de la Unión Europea y la Liga Árabe, se reunía en París y daban inicio a los ataques a las fuerzas leales de Gadafi.
Por su parte, los dirigentes de la revuelta del 17 de febrero (militares, académicos, líderes de tribus, diplomáticos y políticos desertores del gobierno, manifestantes y grupos opositores contra el gobierno libio) conformaron el Consejo Nacional de Transición (CNT), 4que finalmente detentaría el gobierno libio y que obtendría el reconocimiento sistemático y progresivo de los Estados.
El accionar de la OTAN, bajo el mandato de la ONU, 5 hizo cada vez más incontrolable la situación por parte de Gadafi. Así, el 29 de agosto, su esposa y tres de sus hijos eran acogidos por el gobierno argelino, mientras que su paradero era desconocido 6 y se le ponía precio a su captura (vivo o muerto) por US$.1,700 millones. Para el 19 de octubre estaba cayendo el último bastión de las fuerzas leales a Gadafi, Sirte, 7 su ciudad natal y donde se creó la Unión Africana en 1999. Al día siguiente, Gadafi era encontrado por los propios rebeldes en las alcantarillas de esta ciudad y era asesinado como gobernó: violentamente.
Luego de tantos meses de una lucha descarnada y que, según el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, habría producido entre 10,000 a 15,000 muertos en ambos bandos y un número bastante alto de violencia sexual y de otros crímenes de guerra, el desorden reina en Libia y es más que evidente el necesario apoyo de la comunidad internacional. Solo EE.UU. habría apoyado hasta el momento con 132 millones de dólares, contando los últimos 11 millones que habría prometido la Secretaria de Estado Hillary Clinton, en su visita del 19 de octubre a este país.
La nueva era que se avecina en Libia no deja de crear escepticismos. La caída del dictador no necesariamente significa el ingreso a una era democrática. En este sentido debemos de tener en claro varios factores:
- La historia de Libia independiente es sumamente corta pues se inicia recién en 1951 y 18 años más tarde el militar Muamar Gadafi daba el golpe de estado que lo llevaría al poder por los últimos 42 años.
- Se dice que Libia no ha tenido jamás formada una sociedad civil debido a su organización en tribus desde siempre. Efectivamente, existen alrededor de 140 clanes tribales, aunque solo 30 tienen verdadero poder. Esta estructura es considerada un obstáculo a la movilidad social, la igualdad de oportunidades y el verdadero desarrollo de una sociedad civil en Libia.
- Pero también esta estructura tribal hace más confrontacional la situación a futuro pues algunas tribus no desean ser gobernadas por otras. Hay que recordar también que el gobierno entre 1951 y 1969 fue una monarquía constitucional encabezada por un miembro de la familia Sanusi 8 (cercana a occidente) y respetada por las demás tribus principalmente por proveer educación a la población y mediar en conflictos comerciales y tribales. Pero luego del derrocamiento del rey Idris por Gadafi, 9 esta familia fue discriminada y maltratada, todo lo cual hace suponer un interés de esta familia por llegar al poder nuevamente, 10 aunque aún es temprano para saber si este sentir será compartido por el resto del país o si originará nuevos enfrentamientos tribales.
- Es cierto que el CNT busca traspasar el poder en forma democrática –y así lo revela su cronograma de acciones–, pero es finalmente esta entidad la que efectivamente detenta el poder en Libia y sus dirigentes tienen poca o nula experiencia democrática, es más, muchos de ellos fueron autoridades cercanas al gobierno de Gadafi.
- Otro factor importante sobre el futuro democrático de Libia recae en las suspicacias que ha generado el reconocimiento prematuro de Catar al CNT (luego solo de Francia) y el ser el principal país árabe en apoyar durante todos estos meses al Consejo. Acto que por demás es totalmente contradictorio al ser este mismo Estado el que en el mismo período ha venido apoyado al gobierno de Bahrein para reprimir las protestas en busca de democracia en ese otro país petrolero. Catar –que es un emirato autoritario en donde no solo nunca ha habido elecciones sino que están prohibidos los partidos y sindicatos– ha asistido directamente al CNT con dinero, combustible, abastecimiento y fue uno de los países que presionó para que se le entreguen a este Consejo las cuentas congeladas de Libia por alrededor de US$.5,000 millones en su lucha por obtener el poder.
- No existe un líder claro ni una oposición organizada pues durante estos 42 años bajo el mando de Gadafi fue desarticulado cualquier intento.
- Por último, con una ira propia del descontento y de la frustración de toda una vida, pero también con la esperanza de un urgente y pronto cambio, hoy quedan en Libia grupos de jóvenes armados que sin un control debido pueden desencadenar otra guerra civil.
En todo caso, esperemos que el cronograma que la CNT ha elaborado realmente funcione y que en 20 meses, pueda haber una constitución que rija el destino de Libia.
Por otro lado, el actuar del mundo occidental frente a la figura de Muamar Gadafi es por demás polémica y contradictoria. Este líder idealista y nacionalista a ultranza que se convirtió en un dictador extravagante –llegando a presentarse en reuniones oficiales con maquillaje y usando tacones, y conocido por sus viajes acompañado por una escolta de 200 vírgenes, por el uso de su propia jaima para alojarse en las cumbres internacionales y del bótox por el miedo al paso de los años–, fue un ejemplo claro de un tirano al convertir a Libia en su finca familiar, utilizar los bienes públicos como propios, vulnerar los derechos humanos de su pueblo y de otros, y aplastar cualquier sombra de oposición durante 42 años.
Gadafi no fue un dictador cualquiera. A los 27 años había obtenido el poder luego de un violento golpe de Estado y desde ese momento su alineación sufrió diversos giros de izquierda a derecha, cambiando pertinentemente de socios estratégicos. Así, por ejemplo, su accionar 11 y fuerte apoyo al terrorismo internacional le significaron ser enemigo declarado de los EE.UU., recibiendo fuertes bombardeos durante la administración Reagan, y recibir sanciones económicas y diplomáticas por parte de la ONU. Pero también su abandono tanto al patrocinio del terrorismo como al desarrollo de armas de destrucción masiva a partir de finales de los 90´, lo condujo al acercamiento con los políticos más importantes de EE.UU., Reino Unido, Alemania, Italia y Francia. 12 Su cambio de intervencionista absoluto de los años 70´ al posterior acercamiento amistoso a petroleras extranjeras, también le valió no solo un mejoramiento de la situación económica en Libia sino fortalecer sus relaciones con grupos de poder transnacionales. Es más, luego de su apoyo a EE.UU. tras los atentados del 11-S y la previa entrega de los supuestos culpables del atentado del Pan Am, se levantaron las sanciones impuestas por la ONU y G.W. Bush lo felicitó públicamente por su “contribución a la paz del mundo”.
Hoy, en cambio, la mayoría de Estados en el mundo tienen en común su alejamiento total a Gadafi y el reconocimiento del CNT. El primero de ellos fue Francia el 12 de marzo, seguido por Catar (primer país árabe en hacerlo) el 28 de ese mismo mes. El 4 de abril lo hizo Italia 13 –de quien se independizara en 1951 y hoy el primer importador de petróleo libio–; y, desde el 26 de setiembre, cuenta con el reconocimiento de la propia ONU. 14
Sin embargo, es importante resaltar que de los 10 Estados que han manifestado que no van a reconocer a este Consejo se encuentran los cinco del eje duro de América: Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, sumado a tres países centroamericanos y 2 africanos. No es difícil imaginar la razón que los asiste.
Finalmente, solo nos queda señalar que si bien el Perú (bajo el gobierno de García) fue el primer Estado en romper relaciones con Libia, a consecuencia de la violación de derechos humanos por parte del gobierno de Gadafi, aún no se ha manifestado o reconocido al Consejo Nacional de Transición, cuando ya lo ha hecho la propia ONU. Es cierto que el reconocimiento de gobiernos es un acto discrecional de los Estados, en la medida que no existe norma internacional que lo consagre como un deber jurídico; sin embargo, toda omisión de Estado tiene una causa/razón y esta ¿será la misma que impulsa a los otros países americanos a manifestarse por el no? En todo caso, no debiera existir problema para el reinicio de las relaciones con Libia.
1 Esta orden de disparar a civiles también ocasionó que las propias fuerzas armadas libias se enfrentaran y se disparan entre sí.
2 Tras ocho meses, el 13 de octubre, la compañía italiana ENI anunció la reactivación del gaseoducto Greenstream.
3 Esta resolución fue promovida por Francia, Reino Unido y Líbano, contando con diez votos favorables y cinco abstenciones (Alemania, Brasil, India, Rusia y China).
4 El CNT se conformó el 27 de febrero de 2011.
5El mandato de la ONU era realizar todas las acciones necesarias para proteger a los civiles, pero para muchos analistas el actuar de la OTAN estaba más bien dirigido a derribar el régimen de Gadafi. Para otros, la defensa de este accionar se basaba en que no se podía defender a los civiles mientras subsistiera el gobierno tirano.
6 Su desaparición no fue obstáculo para que realizara hasta cinco pronunciamientos por un medio de comunicación leal, siendo el último el del 6 de octubre de 2011.
7 Ciudad a 360km de Trípoli con unos 120,000 habitantes.
8 De la zona de Bengasi, donde se iniciaron las revueltas del 17 de febrero.
9 Perteneciente a la tribu minoritaria de los bereberes.
10 El sobrino nieto del rey Idris, Muhammad Al-Senussi, es considerado el actual pretendiente al trono libio.
11 Incluso se autodeclaró responsable de atentados tales como el de la explosión del avión Pan Am, cuando sobrevolaba Lockerbie (Escocia), el cual dejó un saldo de 270 víctimas.
12 Un tema aparte son los intereses de Italia y Francia por Libia, y de sus empresas ENI y TOTAL, respectivamente. No se puede olvidar que Libia posee US$.150,000 millones en reservas y es uno de los países petroleros más importantes para Europa; su promedio de producción diaria antes de la revuelta era de 1,500 millones de barriles diarios.
13 Gadafi y Berlusconi habían firmado un tratado de amistad en el 2008 por el que se ponía punto final a las diferencias a consecuencia de la colonia. Luego, Italia ingresó a la coalición contra Gadafi fuertemente impulsado por sus pares europeos.
14 Reconocimiento efectuado con una votación de 114 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones.