En los últimos años, cada vez se hace más visible la presencia de Turquía en los países de nuestra región, especialmente para el ciudadano latinoamericano que se ha visto rápidamente inmerso en las teleseries turcas y, de esta manera, se ha acercado a un país del cual poco conocía, descubriendo que posee una historia, cultura y tradiciones muy ricas, con pobladores con grandes afinidades y problemas comunes a los nuestros, y todo ello presentado en medio de paisajes paradisiacos y exóticos. Pero el creciente auge de estas teleseries no solo sucede en América Latina, sino en casi todo el mundo, exportándose a más de 75 países con una audiencia de más de 400 millones de personas, lo cual ha hecho que especialistas consideren al sector de entretenimiento como una de las armas principales del soft power (poder blando) turco en el mundo.
Pero, ¿cómo así Turquía giró su mirada hacia América Latina?
La búsqueda por parte de los empresarios turcos por diversificar y ampliar sus mercados surgió a consecuencia de los inconvenientes por los que atraviesan las economías europeas en los últimos años y de los conflictos en el Medio Oriente, especialmente en dos de sus principales socios comerciales y vecinos como son Iraq y Siria. A esto se debe añadir las dificultades con su principal socio, Rusia, que cada vez han ido escalonando en tensión; baste recordar que, en el 2015, la potencia rusa decretó un duro paquete de sanciones económicas contra Turquía —que incluía restricciones a sus importaciones, a las labores de empresas de esta nacionalidad, así como a la contratación de turcos en compañías rusas—, como secuela del derribamiento por parte de cazas F-16 turcos de un bombardero ruso Su-24 luego de ignorar varias advertencias de estar traspasando sus fronteras.
Adicionalmente, fruto de la estabilidad económica que goza desde los años ochenta, Turquía se ha ido convirtiendo en una potencia económica, logrando hoy ser la 18º economía más grande del mundo y la 8ª a nivel europeo, con un PBI de 798 mil millones de dólares y un PBI per cápita de casi 20,000 dólares. Asimismo, es parte del G-20 —el grupo de los 20 países más industrializados del mundo— y de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), perfilándose como un importante candidato para formar parte de la Unión Europea. Por otro lado, se debe recordar que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Turquía había dirigido su política exterior hacia Europa y los Estados Unidos, hasta llegar a convertirse en uno de los principales actores políticos en el Medio Oriente; esto debido al hecho de ser un país económica y políticamente estable, y con una ubicación geográfica —intercontinental— que lo convierte en el lazo entre occidente y los países árabes.
Frente a este escenario, no debe extrañar que Turquía deseara no solo abrir sus mercados sino extender los llamados “espacios de influencias” hacia los países
latinoamericanos y caribeños, trabajo que emprendieron hace ya varios años China y Rusia.
Los inicios de este acercamiento se produjeron en la década de los noventa, con la primera visita oficial de un presidente turco (Süleyman Demirel) a América Latina (Argentina, Brasil y Chile), en 1995, y la implementación del “Plan de Acción para América Latina y el Caribe”, en 1998, cuyos objetivos principales fueron: completar el marco jurídico de las relaciones bilaterales, fomentar el diálogo político de alto nivel, aumentar el nivel de las relaciones económicas y comerciales mediante la participación del sector privado, mejorar la percepción sobre la dinámica intrarregional al obtener la condición de observador permanente en las organizaciones regionales, y aumentar la conciencia en el mundo latinoamericano y del Caribe sobre la Turquía contemporánea.
Si bien este buen camino hacia la construcción de una relación diferente con América Latina tuvo interrupciones, no se puede dejar de destacar que el año 2006 fue denominado por Turquía como el Año de América Latina y el Caribe al iniciarse un nuevo capítulo de su política exterior bajo el título Estrategia para abrirse hacia América Latina y el Caribe.
Esto se constata con el hecho de que, en los últimos años, varios han sido los países en ser visitados por un presidente turco, como son los casos de México, Cuba y Colombia. Aunque fue en febrero de este año cuando se realizó la segunda visita oficial de un mandatario turco a Chile y la primera al Perú y Ecuador. Así, Ankara ha confirmado que la visita del presidente Recep Tayyip Erdoğan “es un indicador de la importancia que Turquía atribuye a esa región y del nivel de las relaciones con los países de América Latina”.
Efectivamente, Turquía ha realizado varias acciones en las que demuestra su gran interés por los países latinoamericanos y caribeños; así, el país euroasiático es observador de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y de la Alianza del Pacífico desde el 2013 —no se debe perder de vista el hecho que la Alianza optara por crear su primera oficina comercial de promoción conjunta en Estambul—; además, ha firmado (2008) acuerdos comerciales con el Mercado Común del Sur (Mercosur), ha manifestado su interés en formar parte de la CEPAL y mantiene grandes y estrechos lazos de cooperación con la Comunidad del Caribe (CARICOM). Sobre esto último, cabe destacar que, dentro de este fortalecimiento de la relación, las tareas de cooperación emprendidas por la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) captan especial consideración. Así, TIKA recientemente ha abierto oficinas en las capitales de México y Colombia y coopera con los países de CARICOM —especialmente Cuba, Honduras y Guatemala— con un promedio de 11 millones de dólares anuales y dirigidos a temas de salud, agricultura y calidad sanitaria del agua.
Chile —primer país latinoamericano en reconocer oficialmente la República de Turquía y en firmar un tratado de libre comercio con esta en julio de 2009—, fue el país de inicio de la gira de Erdoğan, durante la cual fue enfático en subrayar el interés de Turquía por suscribir tratados de libre comercio con otros países de la
región y mejorar los alcances del comercio bilateral, como lo ha logrado con ese país, cuyo comercio bilateral se ha duplicado de 350 a 700 millones de dólares desde 2011, año de entrada en vigencia del TLC.
El presidente Erdoğan también ha declarado que el objetivo es expandir la cultura y los intereses turcos en la región, lo cual se evidencia en el aumento en el número de misiones diplomáticas de 5 a 13, en menos de 3 años. Definitivamente el sector de entretenimiento, así como el del turismo, tiene un lugar especial en el logro de este objetivo, por lo cual no extrañó que se iniciaran conversaciones para la realización de coproducciones, dependiendo del grado de rentabilidad de estas.
En el caso del Perú, sus relaciones diplomáticas con Turquía se iniciaron en 1952 y poco a poco han ido enriqueciendo en contenido a lo que se suma el incremento de su comercio bilateral, por lo que la visita del presidente Erdoğan y de su comitiva compuesta por más de 100 personas —entre ellos varios ministros de Estado, congresistas y empresarios—, suscitó gran interés y expectativa.
Así, fueron muy bien recibidas las manifestaciones de Erdoğan sobre el interés de Turquía de incrementar el intercambio comercial con el Perú, de US$.260 millones de dólares sumados en el 2015, a US$.1.000 millones de dólares en los próximos años. Debe recordarse que, en octubre de 2013, en reuniones exploratorias, delegaciones de Perú y Turquía anunciaron su intención de iniciar negociaciones de un TLC, estableciéndose en esa oportunidad los Términos de Referencia del Acuerdo e iniciándose las negociaciones en enero de 2014, en Ankara. Actualmente, se encuentran en la cuarta ronda de negociaciones y se espera que prontamente se llegue a un acuerdo que mejore el comercio bilateral.
También es menester mencionar en este punto, que el Perú es, desde el 2015, el segundo país latinoamericano receptor de exportaciones turcas, luego de México y superando al tradicionalmente número uno, Brasil.
Finalmente, durante la visita oficial del presidente turco, se firmaron el Acuerdo sobre Cooperación Técnica entre el Gobierno de la República del Perú y la República de Turquía, el Memorando de Entendimiento para Optimizar la Cooperación entre Pequeñas y Medianas Empresas y el Memorándum de Entendimiento entre la Agencia Peruana de Cooperación Internacional y la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación. Asimismo, se suscribieron el Acuerdo de Cooperación para un Consejo Empresarial Bilateral entre la Cámara de Comercio de Lima y el Consejo Económico de Relaciones Exteriores de Turquía y el Memorándum de Entendimiento entre las agencias de noticias Andina y Anadolu”.
Todo lo expuesto apunta a que, definitivamente, las relaciones entre Turquía y los países de Latinoamérica y del Caribe se van a intensificar aún más, tratando el país intercontinental de ubicarse entre los socios más importantes de este continente conjuntamente con Estados Unidos, la Unión Europea y China.